Los efectos de la integración económica sobre la especialización y distribución geográfica de la actividad industrial en los países de la UE
Esther Gordo () and
Miguel Pérez
Boletín Económico, 2002, issue DEC, 23-34
Abstract:
La teoría del comercio internacional y de la integración económica sugiere que la progresiva eliminación de barreras al comercio y a la libre circulación de los factores, que conlleva un proceso de integración regional tan profundo y extenso como el que ha tenido lugar entre los países europeos, puede tener un impacto considerable sobre la estructura productiva de estos países, al posibilitar la reasignación de los factores de producción de forma más eficiente. Así, la ampliación de mercados que acompaña este desarrollo permite alcanzar mejoras de eficiencia mediante una mayor explotación de las economías de escala o de las diferencias en la dotación de factores, pudiendo provocar transformaciones sustanciales en los procesos productivos de los países europeos. Más aún, las ventajas de localización, las diferencias en la cualificación de la mano de obra y en el grado de innovación y de adaptación a las nuevas tecnologías, así como otros muchos elementos que diferencian actualmente a los países de la UE, podrían haber alentado cambios en la distribución geográfica de la producción en un entorno de integración económica. Los estudios realizados por Krugman (1991) para Estados Unidos revelaron que la producción industrial de este país se encontraba distribuida de manera muy desigual entre los distintos estados, coexistiendo grandes núcleos industriales localizados en regiones específicas frente a otras áreas en las que la presencia de la industria era poco relevante. La constatación de este patrón de distribución de la actividad industrial en la economía norteamericana suscitó cierto interés sobre el posible impacto de los sucesivos avances en el proceso de integración europea sobre la localización de la actividad en esta área. Además, en un contexto de unidad monetaria, el estudio de las disparidades existentes en las estructuras productivas cobra una relevancia especial, por cuanto estas inciden directamente sobre el grado de exposición a las perturbaciones de carácter asimétrico, teniendo, en consecuencia, importantes implicaciones sobre el desarrollo de la política monetaria única. Finalmente, los cambios en la composición de la actividad industrial y en la distribución espacial de la industria influyen sobre el crecimiento y sobre la distribución de la renta entre los países participantes en un proyecto de integración, pudiendo contribuir a suavizar o exacerbar las disparidades existentes. De este modo, analizar en qué países ha tendido a localizarse la producción de los sectores más dinámicos y con mayor potencial de crecimiento y cuáles son los determinantes de estas pautas de localización constituye una cuestión esencial para entender los procesos de convergencia real. El propósito de este trabajo es analizar en qué medida el proceso de integración que están experimentando los países europeos ha podido afectar a su estructura productiva y, en este contexto, enmarcar las transformaciones que ha registrado la economía española. Para ello, se emplea la información sobre la producción a precios corrientes de las distintas actividades de manufacturas que proporciona la base de datos Structural Business Statistics (sbs-plus), de Eurostat. Estas cifras se encuentran disponibles para el período 1988-1998, según la Clasificación Nacional de Actividades Económicas Rev.1 de la Unión Europea a un nivel de desagregación de tres dígitos. A efectos de obtener una mayor claridad en la presentación y discusión de los resultados, estas actividades se han agrupado en 20 grandes ramas, que, a su vez, se clasifican en cuatro categorías, según que su intensidad tecnológica sea alta, media-alta, media-baja o baja. Esta clasificación resulta de gran utilidad a la hora de presentar los resultados, ya que, tradicionalmente, los sectores más intensivos en tecnología son aquellos que presentan un mayor dinamismo de la demanda y mayor potencial de crecimiento, además de requerir una cualificación superior de sus trabajadores. Por el contrario, los sectores de tecnología baja son aquellos con una demanda moderada e intensivos en mano de obra no cualificada. No obstante, cabe destacar que el período estudiado finaliza en 1998, de modo que no es posible examinar las transformaciones que hayan podido derivarse del pleno funcionamiento de la Unión Monetaria Europea, de las medidas de liberalización adoptadas con vistas a la futura ampliación de la UE hacia los países de Europa central y del este y, en fin, del esfuerzo que han realizado muchos países europeos para facilitar el acceso y la adaptación de sus economías a las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones, que, como es sabido, ha alcanzado gran intensidad en los últimos años. Con esta información se trata de cuantificar la especialización de los países de la UE y la concentración de la actividad productiva. En este sentido, conviene señalar que el concepto de especialización que se emplea en este artículo se refiere a cómo se encuentra distribuida la producción de un país entre las distintas ramas productivas, en comparación con el resto de sus socios comerciales, tratando de evaluar su grado de similitud o divergencia con respecto al resto de los países de la UE (especialización relativa). Por su parte, el término de concentración hace alusión a cómo se encuentra distribuida la producción de una industria determinada entre los distintos países considerados, sin tomar en consideración el tamaño de la producción manufacturera de cada uno de estos países (concentración absoluta). Con el fin de aproximar cuantitativamente ambos aspectos, la literatura empírica ha desarrollado numerosas medidas o índices que sintetizan en un único valor el grado de especialización de un país o el grado de concentración de una industria, sin que ninguna de ellas pueda considerarse óptima. En este artículo se presentan exclusivamente los resultados que se obtienen al emplear los índices de especialización relativa y de concentración absoluta de GINI. Como es sabido, este índice es el que se utiliza habitualmente para medir el grado de desigualdad de la distribución de la renta entre los individuos o familias. La estructura del artículo es la siguiente: en el apartado segundo se discuten de manera sucinta las implicaciones que se derivan de la teoría económica y las conclusiones que han obtenido otros trabajos en torno a esta cuestión. En el apartado tercero se examinan las características de la especialización productiva de los países de la UE y los cambios registrados a lo largo de la década comprendida entre 1988 y 1998. Ello permite establecer cuáles son las diferencias o similitudes existentes en sus estructuras productivas y si estas diferencias han tendido a acentuarse o atenuarse durante los años recientes. En el apartado cuarto se estudia la distribución geográfica de las actividades manufactureras en la Unión Europea, con el fin de determinar qué actividades se encuentran más concentradas o más dispersas en el espacio geográfico europeo y evaluar si esta distribución se ha modificado a lo largo del tiempo. Finalmente, se presentan las principales conclusiones de este trabajo.
Date: 2002
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